La Psicología Genética (o Teoría Psicogenética) de Piaget
Su creador es el biólogo suizo Jean Piaget, su objeto de estudio es el proceso de estructuración del pensamiento y el conocimiento humano. Concibe a la inteligencia como un estado de equilibrio hacia el cual tienden las adaptaciones y acomodaciones sucesivas, íntimamente relacionadas con el nivel de maduración biológico alcanzado por un niño, desde su nacimiento hasta la adolescencia.
JEAN PIAGET (1896 -1980)
“Es el ideal que personalmente trato de alcanzar: seguir siendo niño hasta el final, porque la infancia es la fase creadora por excelencia”.
Nació en Suiza y murió en Ginebra. Realizó estudios de ciencias naturales, fue conocido por sus trabajos sobre el desarrollo de la inteligencia de los niños. Sus estudios tuvieron un gran impacto en el campo de la psicología infantil y de la educación. Se doctoró en la
Universidad de Neuchatel a los veintidós años y comenzó a interesarse en la psicología, disciplina que estudió y en la que desarrolló sus investigaciones en Zurich y después en la Sorbona (París). Allí inició sus estudios sobre el desarrollo de las capacidades cognitivas.
En sus trabajos, Piaget distinguió una serie de etapas sucesivas del desarrollo intelectual del niño, a los que denominó estadios:
Estadio sensorio-motor
Desde el nacimiento hasta aproximadamente un año y medio a dos años. En este estadio, el niño usa sus sentidos (que están en pleno desarrollo) y las habilidades motrices para conocer aquello que le circunda, confiándose inicialmente en sus reflejos y, más adelante, en la combinatoria de sus capacidades sensoriales y motrices. Así, se prepara para luego poder pensar con imágenes y conceptos.
Estadio preoperatorio
El estadio preoperatorio es el segundo de los cuatro estados. Sigue al estado sensoriomotor y tiene lugar aproximadamente entre los 2 y los 7 años de edad.
Este estadio se caracteriza por la interiorización de las reacciones de la etapa anterior dando lugar a acciones mentales que aún no son categorizables como operaciones por su vaguedad, inadecuación y/o falta de reversibilidad.
Son procesos característicos de esta etapa: el juego simbólico, la centración, la intuición, el animismo, el egocentrismo, la yuxtaposición y la reversibilidad (inhabilidad para la conservación de propiedades).
Estadio de las operaciones concretas
De 7 a 11 años. Cuando se habla aquí de operaciones se hace referencia a las operaciones lógicas usadas para la resolución de problemas. El niño en esta fase o estadio ya no sólo usa el símbolo, es capaz de usar los símbolos de un modo lógico y, a través de la capacidad de conservar, llegar a generalizaciones atinadas.
Alrededor de los 6/7 años el niño adquiere la capacidad intelectual de conservar cantidades numéricas: longitudes y volúmenes líquidos. Aquí por ‘conservación’ se entiende la capacidad de comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe su forma. Antes, en el estadio preoperativo por ejemplo, el niño ha estado convencido de que la cantidad de un litro de agua contenido en una botella alta y larga es mayor que la del mismo litro de agua trasegado a una botella baja y ancha (aquí existe un contacto con la teoría de la Gestalt). En cambio, un niño que ha accedido al estadio de las operaciones concretas está intelectualmente capacitado para comprender que la cantidad es la misma (por ejemplo un litro de agua) en recipientes de muy diversas formas.
Alrededor de los 7/8 años el niño desarrolla la capacidad de conservar los materiales. Por ejemplo: tomando una bola de arcilla y manipulándola para hacer varias bolillas el niño ya es consciente de que reuniendo todas las bolillas la cantidad de arcilla será prácticamente la bola original. A la capacidad recién mencionada se le llama reversibilidad.
Alrededor de los 9/10 años el niño ha accedido al último paso en la noción de conservación: la conservación de superficies. Por ejemplo, puesto frente a cuadrados de papel se puede dar cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén esos cuadrados amontonados o aunque estén dispersos.
Estadio de las operaciones formales
Desde los 12 en adelante (toda la vida adulta).
El sujeto que se encuentra en el estadio de las operaciones concretas tiene dificultad en aplicar sus capacidades a situaciones abstractas. Si un adulto (sensato) le dice “no te burles de x porque es gordo… ¿qué dirías si te sucediera a ti?”, la respuesta del sujeto en el estadio de sólo operaciones concretas sería: “YO no soy gordo”.
Es desde los 12 años en adelante cuando el cerebro humano está potencialmente capacitado (desde la expresión de los genes), para formular pensamientos realmente abstractos, o un pensamiento de tipo hipotético deductivo.
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En su teoría psicogenética, Piaget se propone construir una “Teoría del Conocimiento”, es decir explicar cómo el sujeto conoce. Su marco de trabajo se ubica dentro de una “Epistemología Genética”: disciplina que estudia la naturaleza de los conocimientos en función a su crecimiento.
Piaget realiza el estudio de la psicogénesis de los conocimientos a partir del desarrollo psicológico del niño. A causa de esto, gran parte de sus trabajos se encuentran dentro del campo de la “Psicología Genética”: ciencia que se propone captar en el niño las formas de construcción de los conocimientos y deducir hipótesis sobre el desarrollo.
Al igual que otros autores, Piaget define al desarrollo como una construcción que se produce por la interacción entre el individuo y su medio ambiente. Por esta razón, se define a su teoría como interaccionista y constructivista.
Interaccionista: Concibe al conocimiento como fruto de la interrelación entre el sujeto y el medio, existiendo por lo tanto una relación de interdependencia entre el sujeto que conoce y el objeto conocido.
Constructivista: Sostiene que las estructuras de conocimiento se construyen, y que no están dadas por adelantado. Se construye por interacción entre las actividades del sujeto y las reacciones del objeto.
Es verdad que sus trabajos se centran en el estudio del desarrollo intelectual o cognoscitivo; sin embargo, esto no significa que se deje a un lado el valor de la afectividad: “La afectividad y la inteligencia son indisociables y constituyen los dos aspectos complementarios de toda conducta humana”. En cada conducta, los móviles y el dinamismo energético provienen de la afectividad… Por lo tanto, no se produce nunca una acción puramente intelectual.
Para Piaget, el desarrollo mental depende de cuatro factores, cada uno de ellos constituye una condición necesaria pero no suficiente por sí mismo. Los factores son:
1º – La maduración y el crecimiento orgánico:
La función que cumple la maduración “consiste sobre todo en abrir nuevas posibilidades y constituye una condición necesaria de la aparición de ciertas conductas, pero sin proporcionar las condiciones suficientes; ya que sigue siendo igualmente necesario para que las posibilidades así abiertas se realicen, y para ello, que la maduración se acompañe de un ejercicio funcional y de un mínimo de experiencia”.
2º- El ejercicio y la experiencia:
Adquirida en la acción efectuada sobre los objetos (por oposición a la experiencia social).
3º- Las interacciones y las transmisiones sociales:
Aquí se incluyen las acciones educativas en sentido amplio.
4º- El proceso de equilibración:
Este factor actúa a título de coordinación necesaria entre los factores elementales, es decir junto a los tres anteriores.