Etapas del desarrollo evolutivo del niño
Al igual que otros autores, Piaget define al desarrollo, como una construcción que se produce por la interacción entre el individuo y su medio ambiente. Por esta razón se define a su teoría como interaccionista y constructivista.
Interaccionista |
Constructivista |
Concibe al conocimiento como fruto de la interrelación entre el sujeto y el medio, existiendo por lo tanto una relación de interdependencia entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. | Sostiene que las estructuras de conocimiento se construyen, y que no están dadas por adelantado. Se construye por interacción entre las actividades del sujeto y las reacciones del objeto. |
Es verdad que sus trabajos se centran en el estudio del desarrollo intelectual o cognoscitivo, sin embargo esto no significa que se deje a un lado el valor de la afectividad. “La afectividad y la Inteligencia son indisociables y constituyen los dos aspectos complementarios de toda conducta humana. En cada conducta los móviles y el dinamismo energético provienen de la afectividad… Por lo tanto no se produce nunca una acción puramente intelectual.”
Para Piaget el desarrollo mental depende de cuatro factores, cada uno de ellos constituye una condición necesaria pero no suficiente por sí mismo. Los factores son:
1º – La maduración y el crecimiento orgánico:
La función que cumple la maduración “consiste sobre todo en abrir nuevas posibilidades y constituye una condición necesaria de la aparición de ciertas conductas, pero sin proporcionar las condiciones suficientes; ya que sigue siendo igualmente necesario para que las posibilidades así abiertas se realicen, y para ello, que la maduración se acompañe de un ejercicio funcional y de un mínimo de experiencia”.
2º– El ejercicio y la experiencia:
Adquirida en la acción efectuada sobre los objetos (por oposición a la experiencia social).
3º- Las interacciones y las transmisiones sociales:
Aquí se incluyen las acciones educativas en sentido amplio.
4º- El proceso de equilibración:
Este factor actúa a título de coordinación necesaria entre los factores elementales, es decir junto a los tres anteriores.
Desarrollo intelectual
La cuestión central en la obra de Piaget es tratar de dilucidar cómo el hombre construye su inteligencia.
Comienza su tarea por lo biológico, analizando lo que los Psicólogos llaman los determinantes constitucionales: lo innato y lo adquirido, natura y nurtura. Discrimina entre una Herencia Específica y una Herencia General.
La primera está compuesta por lo neurológico y lo sensitivo. La Herencia General es un modo de funcionamiento que está en relación directa con el medio ambiente.
Piaget considera que ciertos procesos subyacen a todo aprendizaje, tanto en los organismos simples como en los seres humanos. Los dos procesos esenciales son, por una parte, la adaptación al ambiente y, por otra, la organización de la experiencia por medio de la acción, la memoria, las percepciones u otra clase de actividades mentales. Pero mientras para un organismo simple, la adaptación es una cuestión de vivir para satisfacer necesidades elementales, y la organización es rudimentaria, el ser humano, al desarrollarse, se adapta a una sucesión de ambientes y con una complejidad de organización siempre creciente.
A este modo de funcionamiento Piaget lo llama Núcleo Intelectual. Este núcleo intelectual contiene las invariantes funcionales: Adaptación y Organización.
La adaptación al ambiente se realiza a través de esquemas de acción. Cuando se desarrolla un esquema de acción, el sujeto lo aplica a todo objeto nuevo y a toda nueva situación. A este proceso Piaget lo denomina asimilación.
Este proceso está complementado por la búsqueda de formas de comportamiento nuevas, cuando el ambiente no responde a los esquemas ya aprendidos. Esta modificación de esquemas se denomina acomodación.
El desarrollo de las estructuras intelectuales se realiza por etapas, que posee cada una de ellas determinadas propiedades, y que se presentan en un orden invariante y constante en cada sujeto.
Sin embargo, la duración de estas etapas y el momento en que comienzan y finalizan puede mostrar enormes diferencias entre dos personas..
La inteligencia, las experiencias previas, el medio cultural en el que se desarrolla el sujeto, afectan, entre otras variables, la edad cronológica en que se accede a una etapa.
Debe quedar claro entonces, que no hay que establecer una relación directa entre edad y etapa del desarrollo alcanzada.
Las etapas que identifica Piaget son:
· Sensorio Motriz o Motor
· Pre-Operatotria o pre-conceptual
· Operaciones concretas
· Operaciones Formales
Para Piaget no todos los adultos alcanzan la etapa de las operaciones formales, ya que este logro está condicionado por la herencia específica y la herencia general.
Sin embargo en todas las etapas, aunque varíe el contenido, el modo de funcionamiento es el mismo. Las variables Adaptación y Organización son las que permiten superar la herencia Específica. Para Piaget no existe inteligencia al nacer y el desarrollo va de lo simple a lo complejo.
Las edades cronológicas ubicadas en cada uno de los estadios son aproximadas y hoy en día cada vez más va variando, no la construcción y evolución de la inteligencia y el conocimiento sino en que momento y frente a que estímulos, motivaciones y entornos socio – económicos – culturales se encuentra el niño
Periodo Sensorio – Motor
Al nacer, el ser humano se enfrenta con un nuevo medio, muy distinto al que vivió durante nueve meses. Desde ahora deberá relacionarse con objetos externos reales: personas y cosas, para satisfacer sus necesidades y poder sobrevivir. El bebé al nacer vive en un estado de indiferenciación, entre yo- no yo, entre él y su madre, entre él y el medio. Es decir que tiene dificultades para captar sus propios límites, esta característica es denominada por Piaget como egocentrismo físico. Para superar esta característica deberá desarrollar un paulatino proceso de diferenciación entre sí mismo y lo que lo rodea.
Para enfrentar esta tarea de reconocer sus límites, satisfacer sus necesidades y conocer el medio que lo rodea, el niño cuenta- desde su nacimiento- con reflejos: que son conductas básicas, simples, innatas e involuntarias. Por ejemplo el reflejo de succión, de prensión, etc. La repetición de estos reflejos responde a dos causas básicas, el cumplimiento de necesidades fisiológicas y la satisfacción del placer: Por ejemplo el niño succiona para alimentarse o por el placer que le causa chuparse su pulgar. A partir de estas actividades los reflejos comienzan a trasformarse en esquemas de conocimiento, es decir en patrones de conducta que le permiten explorar al mundo y saber de él.
La consecuencia de esta repetición de esquemas construidos a partir de los reflejos, es la aparición de hábitos de conducta, que Piaget denomina reacciones circulares; las cuales se construyen a partir de la coordinación de dos o más esquemas, que inicialmente se construyeron en forma independiente.
Estas características nos muestran como el bebé va descubriendo el mundo que lo rodea, de un modo sensorial y motriz, actividad que trae como consecuencia reconocer sus límites físicos y constatar que es un sujeto entre sujetos y objetos. Tanto la descentración yoica (salir del propio yo), como sus conocimientos iniciales del mundo se efectúan a partir de acciones sensorio- motrices, por ello hablamos de que en este período el bebé posee una inteligencia práctica.
Periodo pre – operatorio
En este período el niño dispone de dos posibilidades fundamentales en su desarrollo intelectual: reconocerse diferenciado de los otros y poder tener un bagaje de representaciones internas de todas las acciones que a ejercido.
Esta posibilidad de representar y de representarse es denominada por Piaget:
Función Simbólica: Desde los dos años hasta los siete se transforma la inteligencia para prolongarse en pensamiento propiamente dicho.
Existen cinco manifestaciones de esta capacidad de simbolizar: el lenguaje: a través de la palabra, el Juego: a través del gesto, el movimiento, el uso de objetos, etc, la imitación: a través del gesto, la palabra, el sonido, el dibujo: a través de la expresión gráfica, y la imagen mental: a través del recuerdo (estas manifestaciones de la función simbólicas serán ampliadas a lo largo del módulo).
Ante estas dos novedades el niño vuelve a reaccionar de manera egocéntricas ya no en el plano sensorio- motriz sino que su egocentrismo es básicamente emocional y repercute en el plano social y en sus pensamientos.
A consecuencia de su egocentrismo cuando un niño de este período piensa acerca de determinado tema, no desarrolla un tipo de razonamiento ordenado y jerarquizado como el de los adultos. Su tipo de razonamiento es diferente y Piaget lo denomina: transductivo. Este se caracteriza por la asociación de elementos particulares, que no guardan una relación lógica y necesaria entre sí. El razonamiento transductivo tiene dos manifestaciones el sincretismo, que se da cuando el niño evidencia que sólo ha podido captar un sólo aspecto de una realidad o totalidad y desde allí la explica (ej. Si se le pregunta a un nene ¿qué es ser grande? El niño puede contestarnos que es ser alto o ser gordo) y la yuxtaposición que se caracteriza por un conglomerado de ideas que no guardan un enlace lógico entre sí (ej. en el discurso de un niño podemos oir: ” mascaretas conglomerando, máscaras con caretas).
Es muy común en este período que el niño comience a preguntarse y a preguntar sobre las causas de las cosas. Cuando intenta construir una respuesta lo hace desde estas características de pensamiento, por lo cual hablamos de una pre-causalidad, ya que no puede establecer una relación de causa – efecto desligada de su egocentrismo.
Las manifestaciones de la pre – causalidad infantil son:
· Animismo: dar vida a los objetos (ej. la muñeca me dijo anoche).
· Muy relacionado con este aparece el Dinamismo: otorgar movimiento a los objetos (ej. la luna me siguió anoche cuando íbamos en el auto).
· El Artificialismo: creación de todo lo existente a través de un agente causal, ya sea el hombre o Dios (ej. Dios hizo el teléfono o los hombres construyeron las montañas).
· El Fenomenismo: que se refiere a la forma de explicar los sucesos de la naturaleza (ej. Llueve porque hoy estoy triste).
· El Finalismo: alude al para qué son las cosas existentes y siempre hacen referencia a una postura egocéntrica (ej. mi papá trabaja para comprarme caramelos).
· El Realismo que consiste en atribuirle vida a las manifestaciones psíquicas: sueños, afectos, pensamientos, etc. (ej. a la noche cuando me duermo, los sueños me salen debajo de la almohada).
Como vemos el papel del egocentrismo es fundamental en los pensamientos de esta etapa y repercuten, como dijimos, en el plano afectivo y social. Es por eso que el niño busca por todos los medios afirmarse e imponerse sobre los demás. Ello se evidencia en su lenguaje (monólogo colectivo), en sus juegos ( solitarios y paralelos), en su conducta negativista (aparece el no como respuesta injustificada).
Estas características van cediendo paulatinamente, dando paso a una progresiva socialización y descentración en nivel de pensamiento.
Periodo operatorio concreto
En este período el niño logra efectuar acciones que no se reducen al plano práctico, sino que son interiorizadas gracias a la posibilidad de pensar, que ha conquistado en la etapa anterior. Es decir que ahora puede efectuar acciones mentales a las que Piaget denomina: operaciones. Para que ellas se reactiven el chico debe realizar una manipulación de los objetos e inmediatamente reflexionar sobre lo hecho.
Esta operación ejerce a tiene la característica de ser reversible: es decir que el sujeto puede volver mentalmente al punto de partida; es decir al estado previo a que se efectuara la acción que las transformara. Es por eso que se denomina a este período operatorio concreto.
Dadas estas características es fácil comprender que el tipo de razonamiento que en esta época puede realizarse es de carácter inductivo: es decir que va de situaciones particulares a generalizaciones.
En este período gracias a su creciente socialización el niño ha logrado establecer categorías de organización de la realidad cada vez más complejas, pudiendo compatibilizar sus ideas con las ajenas. Esto explica la posibilidad de comenzar a manejarse no solo a través de símbolos – que se caracterizan por las particularidades que desea imprimirle quien los inventa- sino a través de signos – que se caracterizan por ser generales y convencionales. Todo esto evidencia un gran esfuerzo de adaptación al medio que favorece el inicio en la construcción de la lecto-escritura y la sistematización de estos aprendizajes.
Las operaciones lógicas elementales que el niño es capaz de realizar en esta etapa son: la clasificación, la seriación y la correspondencia término a término. Estas se han ido construyendo en el período anterior y ahora se hallan en su etapa de consolidación. La clasificación permite que el niño reúna varios elementos según un criterio. En este nivel puede lograr una clasificación jerárquica – establecer una serie de subconjuntos, hacer inclusión de clases e intersección de clases. La seriación posibilita realizar una relación de orden de los elementos según un criterio o de acuerdo a un atributo que posee (graduación de color, orden de mayor a menor, etc). La conservación permite que el niño pueda asegurar que existen las mismas cantidades de sustancia, peso, volumen y longitud, a pesar de las transformaciones espaciales que el pueda percibir, y que realmente no interfieran con la cantidad. Estas cuatro nociones se van construyendo a lo largo del período. La correspondencia término a término permite comparar dos conjuntos estableciendo una conexión entre los miembros de un conjunto con los de otro; ej: A cada nene del grupo del los chicos le corresponde uno de los juguetes del conjunto donde están reunidos.
En este período las relaciones causales son más lógicas y reales debido a que el chico ha logrado una mayor adaptación a las convenciones y posee más información. A demás contribuye a su desarrollo emocional ya que existe un mayor dominio de las fantasías, deseos y temores. Ya no evidencia actitudes negativistas o de conquista, sino una necesidad de actividad productiva. Puede cooperar socialmente sin temer a confundir su propio punto de vista con el de los otros, ahora es capaz de coordinarlos. Esto se evidencia en sus juegos y en su lenguaje. Estos avances favorecen su necesidad de saciar su creciente curiosidad intelectual.
Periodo operatorio formal
Piaget describe un cuarto período en el desarrollo de la inteligencia, al que denomina Operatorio Formal que comienza aproximadamente a los 12 años consolidándose alrededor de los 18 años. La estructura de este tipo de pensamiento se construye en este período y se mantiene a lo largo de la vida, con la posibilidad de ser cada vez más equilibrado. (Dicho estadio se desarrollará en el primer módulo correspondiente a adolescencia en la cátedra de Psicología Evolutiva II).
Expresión gráfica:El dibujo infantil
El dibujo es otra forma de expresión que el niño tiene para expresar lo que siente, lo que le pasa y es otra de las manifestaciones de la función simbólica.
El dibujo le da la posibilidad al niño de expresar su pensamiento en forma concreta. La forma en que gráficamente representa las cosas son la pauta de las experiencias que ha tenido con ellas.
Con el dibujo podemos ver el nivel intelectual del niño y los rasgos de su personalidad.
J. Piaget expresa que el dibujo al igual que la imagen mental, representa un esfuerzo del niño por imitar lo real.
Considera también a la expresión gráfica se encuentra ubicada a mitad del camino entre el juego y la imagen mental.
En la evolución de la representación del espacio gráfico, Piaget distingue tres momentos:
· Relaciones topológicas elementales:
Es decir que el niño de 2 a 4 años sólo tendrá en cuenta al graficar, “ relaciones de vecindad” ( entre los elementos de una figura humana, por ejemplo), “ relaciones de separación” ( lo que implica que los elementos dibujados son discriminados unos de otros), “ relaciones de orden” ( lo que va arriba de, a los costados de, por ejemplo la boca, etc.), “ relaciones de inclusión” ( los ojos dentro de la cara por ejemplo)
El niño al representar gráficamente, no toma en cuenta ni las proporciones, ni distancias, ni perspectivas..
Este espacio topológico termina de consolidarse alrededor de los 6 o 7 años de edad. Pero ya al comenzar los 4 años se irán observando indicios de organizaciones espaciales tales como las proyectivas y las euclidianas.
· Espacio euclidiano:
Este espacio significa que el niño ahora comienza a respetar las relaciones espaciales de medida, de distancia entre dos puntos, la horizontalidad y la verticalidad, la angulación las paralelas.
· Espacio proyectivo:
Significa que ahora el niño comienza a respetar las diferentes perspectivas de los objetos, y como varía aparentemente el tamaño, comienza a situar un objeto con relación a los otros.
Aparece la recta como posibilidad gráfica concreta.
Estos dos últimos espacios que comienzan a organizarse alrededor de los 4 años, llegan a su punto más importante alrededor de los 10 años, donde el niño logra graficar manteniendo las perspectivas, la constancia de la forma y el tamaño, la tridimensionalidad, la medida, etc., logrando así dibujos más realistas. Estos dos espacios se construyen en forma paralela y solidaria.
Niveles de desarrollo infantil del dibujo
1º Período agráfico: Antes de los 18 meses y hasta el año y medio, generalmente no se encuentran intentos de dibujar
2º Período del garabateo: (alrededor de los 2 años)
3º Período Preesquemático:
En este período comienza la reproducción consciente de las formas percibidas, tiene una intención realista.
La figura humana es el primer símbolo gráfico logrado; dibujando un círculo como cabeza y dos líneas que representan el cuerpo y las piernas.
Hay más flexibilidad y variación en los dibujos. Dibuja espontáneamente aunque no esté motivado.
Más adelante el niño logra representaciones más elaboradas de la figura humana, agregando los brazos, hasta alcanzar alrededor de los 6 años, un dibujo más completo y con más detalles.
4º Período Esquemático:
Lowenfeld domina “esquema” al concepto al que ha llegado un niño respecto a un objeto; éste representa su conocimiento activo del objeto.
En esta etapa, el niño, no trata de copiar un objeto que tiene delante de él, tal cual como lo percibe, sino que dibuja teniendo en cuenta las características esenciales de los objetos, sin preocuparse por la perspectiva visual de los mismos; esto es lo que Luquet denomina como “realismo intelectual”.
Otra de las características de esta etapa son los “fenómenos de transparencia“, ¿qué queremos decir con esto?; que el niño dibuja las partes ocultas de los objetos: por ejemplo: dibuja una planta con las raíces que están por debajo de la tierra, aunque tenga la intención de realizar un dibujo solamente de la superficie de un lugar.
Puede pensar simultáneamente en varios aspectos a la misma vez. Dibuja las líneas de base (suelo), la línea del cielo y es capaz de ubicar correctamente las cosas o personas dentro de estas líneas. Todavía se maneja en un plano bidimensional, sólo en algunos casos aparecen líneas que representarían la profundidad.
5º Período del realismo visual:
El dibujo ya tiene perspectiva. En el dibujo de la figura humana, se interesa más por la expresión de características individuales, como ser: el sexo, la vestimenta, los detalles, la altura.
Desaparecen las líneas de base y cielo que encontrábamos en la etapa anterior, para utilizar en su reemplazo, la línea de horizonte; la superposición toma mayor conciencia y ahora es capaz de dibujar un objeto que puede tapar a otro en forma parcial o total. Los dibujos son más proporcionados, más naturales.
Aspectos evolutivos según las edades (aproximado)
6 a 8 años:
En el aspecto psicomotor:
– Paso del movimiento global al diferenciado, progresivo representación de la acción del cuerpo lo que permite un desarrollo del control postural y respiratorio, afirmación definitiva de la lateralidad, diferenciación izquierda derecha y la independencia de los brazos respecto del cuerpo.
En lo social:
– Salida del entorno familiar, aparición de las relaciones sociales.
En su desarrollo intelectual:
– Periodo de transición entre el periodo preoperativo y de las operaciones concretas.
Organización de la función representativa, aparición de tareas mentales semirreversibles, paso progresivo del pensamiento egocéntrico y sincrético al pensamiento descentrado y analítico e imbricación del mundo intelectual y del mundo afectivo.
En lo afectivo:
– Resolución del complejo de edipo y adquisición progresiva de equilibrio emotivo.
8 a 10 años:
En el aspecto psicomotor:
– Toma conciencia de los diferentes segmentos corporales.
– Posibilidades de relajandento global y segmentado.
– Independencia funcional de diversos segmentos y elementos corporales.
En lo social:
– Juicios de formación de pandillas Protagonismo y liderazgo.
– Afán de aventuras y prestigio social
– Competitividad
– Aceptación del mando social dominante.
En su desarrollo intelectual:
– Subperiodo de operaciones concretas.
– Constitución de esquemas operativos, reversivilidad, conservación, agrupaciones, casualidad.
– Operaciones simples y concretas.
En lo afectivo.
– Equilibrio emotivo.
– Extraversión
– Buen ajuste a las normas sociales.
10 A 12 años:
En el aspecto psicomotor:
– Independencia funcional, independencia dercha- izquierda, de brazos -piernas respecto de¡. tronco y transposición del conocimineto de sí mismo al conocimiento de los demás.
En lo social:
– Surgen las primeras diferencias entre el comportamiento social de niños y niñas.
– Se reduce el grupos de amigos, oposición al mundo social y edad de los secretos.
En su desarrollo intelectual:
– Comienza el periodo del pensamiento abstracto, separción del mundo interior del exterior y constitución de un sistema de valores relativamentefoo con reglas dejuego, conductas sociales…
En lo afectivo:
– Buena relación con el adulto y maestro, inicio de la pubertad aparición de la intimidad, identificación sexual, reactivación de las tendencias infantiles reprimidas.